domingo, 5 de julio de 2009


SEPTIMO MANDAMIENTO DE LA LEY DE DIOS

NO ROBARAS
Este mandamiento prohíbe quitar, retener, estropear o destrozar lo ajeno contra la voluntad razonable de su dueño. Las deudas sabiendo que no se podrán pagar en el plazo adecuado es un pecado muy frecuente en nuestros tiempos en que tanta gente vive por encima de sus posibilidades.

Este mandamiento prohíbe también el fraude robar con apariencias legales con astucia falsificaciones, mentiras, hipocresías, pesos falsos, ficciones de marcas y procedencias. Algunos modos modernos de robar son la emisión de cheques sin fondos o las firmas de letras de cambio que no podrán ser nunca pagadas

Tan ladrón es el atracador con metralleta como el que roba con guante blanco aprovechándose de la necesidad para sacar el dinero abusivamente ladrón con guante blanco son también aquellos que exigen dinero por un servicio a que por su cargo estaban obligados es distinto recibir un regalo hecho libremente por quien esta agradecido a tu servicio. Pueden haber robos que la justicia humana no puede castigar pero que no dejara dios sin castigo por ejemplo el que se niega a pagar una deuda cierta porque a el acreedor se le ha extraviado el documento y no tiene testigos.

Cuando el robo ha sido con violencia personal el pecado es mas grave y por lo tanto debe manifestarse esta circunstancia en la confección lo mismo cuando se trata de un robo sacrílego también se falta a la justicia a veces gravemente cuando por negligencia se retrasan los salarios o pagos pidiendo hacerlos a tiempo mientras se pueda convendría pagar al contado sobre todo a los que lo necesitan. Las cosas perdidas tienen dueño por lo tanto no pueden guardarse sin mas hay que procurar averiguar quien es el dueño y devolverlas pudiendo deducir los gastos que se hayan hecho anuncios para encontrar al dueño

No podemos causar daños en bienes ajenos cuidad bien las cosas que usamos es señal de una buena educación y cultura maltratarlas es propio de gamberros. Lo robado hay que devolverlo no se puede ni vender ni comprar quien adquiere objetos que sabe son robados se hace cómplice del robo y esta obligado a la restitución quien contra a un ladrón carga con la obligación de devolver lo robado a su verdadero dueño o dar a los pobres el dinero de su valor.

Quien peca contra este mandamiento debe tener propósito de devolver lo robado y reparar los daños ocasionados para que se le pueda perdonar el pecado. La restitución no es siempre fácil el confesor puede orientar sobre el modo mas a propósito para hacerla. Es pecado grave ordinariamente hablando el robar a una persona una cantidad igual a su salario diario.

Los robos pequeños pueden llegar a ser pecado grande cuando se acumulan bien por tener intención de robar mucho poco a poco bien por ir guardando lo robado bien por robar en pequeño espacio de tiempo aunque en diversas veces en una cantidad que sumando las partes llegue a ser grave. El robo será pecado grave o leve según el perjuicio que se haga hay que tener en cuenta la cantidad que se roba y a la persona quien se roba auque hay una cantidad llamada por los teólogos absolutamente grave que por ser grave el robarla siempre es pecado grave.



EL OCTAVO MANDAMINETO DE LA LEY DE DIOS

NO DIRAS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRAS
Este mandamiento manda no mentir, ni contar los defectos del prójimo sin necesidad, ni calumniarlo, ni pensar mal de el sin fundamento, ni descubrir secretos sin razón suficiente que lo justifique. Este mandamiento prohíbe manifestar cosas ocultas que sabemos bajo secreto hay cosas que caen bajo secreto natural.

Investigar la vida intima de una persona sin su autorización o consentimiento constituye una violación de un derecho natural de la persona humana que tiene derecho a que se le respete su intimidad personal. Los responsables de los medios de comunicación social tienen obligación de servir a la verdad y de no ofender a la caridad.

Es licito revelar un secreto para evitar un daño muy grave al que lo posee o al que lo confía o a tercera persona inocente injustamente perjudicada por el que confió el secreto o por necesidad del bien común pero lo que el sacerdote sabe bajo secreto de confesión no lo puede revelar por nada del mundo ni para salvar su vida ni para evitar una guerra mundial.

Leer cartas no dirigidas a nosotros puede ser pecado grave pues nos exponemos a enterarnos de cosas graves que no tenemos derecho a conocer a no ser que se suponga permiso del remitente o del destinatario. Pero es licito a los padres leer las cartas de los hijos que aun están bajo su potestad aunque no deberían hacerlo sin causa justificada lo mejor es que los hijos espontáneamente se las lea cuando parezca conveniente.

Murmurar es difundir defectos del prójimo en su ausencia el derecho a la buena fama es natural en el hombre todo ser humano tiene derecho a su buena fama pues nadie ha de ser tenido por malo hasta que sea evidente que lo es por eso la injusta difamación de una persona es un pecado contra la estricta justicia y obliga en conciencia a restituir aunque las cosas que se dicen sean verdaderas si sin graves y no son publicas a no ser que haya causa que lo justifique como seria evitar un daño además muchas veces después no se puede restituir bien la fama que se ha quitado pasa como cuando se derrama un cubo de agua que nunca se puede recoger de nuevo toda el agua.

Hay personas que tienen el mal gusto de estar siempre revolviendo los defectos de los demás se parecen a los escarabajos peloteros en cambio oí este elogio de ciertas personas que siempre hablan bien de todo el mundo verdad que esto segundo es mas bonito.

Siempre que puedas elogio lo digno de elogio a todo el mundo le gusta verse estimado y además todos tienen derecho a que se les reconozcan sus meritos hay que saber ver el lado bueno de las cosas. Ante media botella uno se entristece porque esta medio vacía pero otra se alegra porque todavía le queda media botella.



EL NOVENO MANDAMIENTO DE LA LEY DE DIOS

NO CONSENTIRAS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS
Este mandamiento se refiere a los pecados internos contra la castidad pensamientos y deseos incluye a los deseos deshonestos y las complacencias en malas acciones aunque no se piensan cometer o ya se hayan cometido.

Dice Jesucristo el que mira a una mujer casada deseándola ya ha sido adultero con ella en su corazón nuestra moral cristiana no es una moral hipócrita que se fija solo en lo externo al contrario exige una congruencia entre el acto interno de la voluntad y la acción externa.

Quien sinceramente desea evitar un acto prohibido debe evitar también el camino que lleva a el se trata naturalmente de deseos de cosas prohibidas para los esposos son lícitos los deseos de cosas prohibidas igualmente los novios pueden desear que llegue el día de su matrimonio.

Es claro que para que haya pecado en este mandamiento como cualquier otro es necesario desear o recrearse voluntariamente en lo que esta prohibido hacer quien tiene malos pensamientos imaginaciones o deseos contra su voluntad no peca.

Pero lo primero acudir brevemente a dios o a la virgen pidiéndoles la gracia de triunfar es necesario adquirir la costumbre de reaccionar rápidamente contra las tentaciones lo mismo que te sacudes automáticamente una chispa del cigarro que te cae en tu chaqueta nueva.

Muchas veces circunstancias exteriores como las malas conversaciones las lecturas peligrosas las diversiones y espectáculos deshonestos y la televisión suscitan imaginaciones pensamientos o deseos de cosas impuras. En estos casos el primer recurso es huir de aquellas circunstancias quien voluntariamente se pone sin causa justa en circunstancias que constituyan grave peligro y ocasión próxima de consentir en pensamientos o deseos malos comete pecado grave.

Contra este mandamiento son pecado grave los malos pensamientos y deseos si se han consentido complaciéndose en ellos voluntariamente.




EL DECIMO MANDAMIENTO DE LA LEY DE DIOS

NO CODICIARAS LOS BIENES AJENOS
Este mandamiento esta contenido en el séptimo pero insiste en que también se puede pecar deseando tomar lo ajeno se trata naturalmente de un deseo desordenado y consentido el decimo mandamiento prohíbe la codicia. Eso no quiere decir que sea pecado el desear tener si pudieras lícitamente una cosa como la de tu prójimo este mandamiento no prohíbe un ordenado deseo de riquezas como seria una aspiración a una mayor bienestar legítimamente conseguido.

Manda conformarnos con los bienes que dios nos ha dado y con los que honradamente podamos adquirir pero si seria pecado murmurar con rabia contra dios porque no te da más y tener envidia de los bienes ajenos. La iglesia exalta el desprendimiento de los bienes de este mundo pero esto no se opone al progreso que tiende a hacer desaparecer la miseria que impide practicar la virtud de algunos sectores sociales.

No debes que la amargura de corazón corroa la paz de tu alma aunque la vida sea dura y la queja asome a tus labios no dejes que la amargura se apodere de tu corazón esfuérzate por mejorar tu situación y satisfacer tus necesidades pero sin amargura dios lo quiere y la iglesia como madre tuya es la primera que lo procura enseñando a todos lo que el trabajador se merece recuerda lo que te he dicho en el cuarto mandamiento.

Es mucho más importante hacer buenas obras pues el premio eterno del cielo vale más que todo el oro del mundo si creyéramos esto de verdad pondríamos mucho más empeño en practicar el bien. La autoridad debe poner los medios para fomentar una mejor prosperidad pública y mejor el nivel de vida del publico con una justa distribución de la riqueza los padres deben procurar los bienes convenientes para asegurar a sus hijos un buen porvenir.

Los poseedores de riquezas deben cuidar de su mayor rendimiento y de su acertada inversión para crear otras fuentes de riquezas y nuevos puestos de trabajo en conformidad con las necesidades del bien común. Todos debemos cooperar con nuestro trabajo al mayor bienestar y prosperidad pública y privada.

Pero el deseo de riquezas debe estar moderado por la virtud de la justicia distributiva y social y no podemos aspirar a ellas sino por medios lícitos y con fines honestos. El deseo inmoderado de riquezas con fines egoístas y medios injustos provoca luchas sociales e incluso guerras entre las naciones.